Ya se podrá ver si el maxilar es estrecho o si la mandíbula está creciendo desviada, y en esos momentos se puede ya actuar para solucionar estas anomalías del crecimiento e incluso ver si hay espacio para los dientes. Por lo tanto, a los cinco o seis años, es la edad ideal para ir a una primera consulta de ortodoncia.
Esta recomendación no suele cumplirse ya que muchos padres siguen teniendo la idea clásica de que hay que ir al ortodoncista cuando recambie todos los dientes y salgan los definitivos, y no es así. Hay tratamientos como la expansión de los maxilares o movimientos de tracción maxilar que sobre los 12 o 13 años ya se realizan más difícilmente o ya no es posible realizarlos.
Por eso es muy importante que los niños acudan a los seis años, porque entre los seis y los ocho años, cuando el maxilar no crece adecuadamente se debería poner una serie de aparatos para corregirlo.
Los niños que acuden al odontopediatra desde bebés se les revisa el desarrollo de los maxilares y los hábitos orales, por tanto los defectos son detectados más pronto, se empieza antes a poner medidas preventivas para minimizar o eliminar estas alteraciones.
¿Cuáles suelen ser los problemas más comunes que se presentan en los niños?
En los niños pequeños, muchos padres vienen preocupados porque tienen lo que nosotros llamamos una mordida abierta. Es decir, que los dientes de arriba no cubren perfectamente los de abajo. Esto es por muchos factores, uno de los que detectamos en los más pequeños es que no se retira el chupete en la edad adecuada. Recomendamos siempre que se retire el chupete a partir de los dos años. Vemos muchos niños de dos o tres años que siguen teniendo una mordida abierta, con la marca del chupete, e incluso algunos que mantienen el biberón. A partir del año de vida es conveniente que los niños empiecen a beber en vaso e ir dejando de usar el biberón. También empezar pronto a tomar alimentación con texturas para que empiecen a masticar cuanto antes, lo que va a favorecer el desarrollo correcto de los maxilares
A partir de los cuatro y cinco años se puede ver que el hueso superior de la maxila no se desarrolla adecuadamente en ese caso es importante expandirlo favoreciendo la masticación y la respiración. Vemos muchos niños que respiran mal por la nariz, que lo hacen fundamentalmente por la boca, y cuando le hacemos la expansión y aumentamos la anchura del maxilar con una serie de aparatos el niño, además de masticar mejor, mejora la respiración y tiene una sonrisa más bonita. Es un tratamiento muy sencillo y que tiene muchos beneficios desde el punto de vista estético y funcional.
Clínica Dental Infantil Dra Angeles Velló