En la mayoría de países anglosajones o germánicos, así como en Canadá, actúa el Hada de los Dientes. Eso sí, depende de en qué país nos encontremos, habrá que llamarla en su propio idioma: “Fée des dents” en Canadá, “Tooth Fairy” en países de habla inglesa como Reino Unido, “Zahnfee” en Alemania y “Tannfe” en Noruega. Si el diente se cae en Irlanda, allí es conocida por el nombre de Anna Bogle. Según cuenta la historia, un duende llamada Anna Bogle perdió un diente jugando en el bosque. A Anna no le gustaba verse sin diente, así que decidió coger el de un niño. Sin embargo, como robar no está bien, el duende le dejó a cambio un poco de oro, o sea, dinero.
En Bulgaria son las abuelas las que se encargan de recoger el diente y dejar el regalo para sus nietos.
En Argelia y Marruecos, “le petite souris” convive con una peculiar costumbre: el niño que ha perdido un diente ha de volverse hacia el sol y pedir un diente de gacela -diente definitivo- a cambio del diente de asno -diente de leche- que acaba de perder.
En China y Japón es costumbre enterrar el diente si es de la parte superior del arco dental. Si es de la parte de abajo, lo lanzan hacia el cielo para pedir que el resto de dientes nazcan fuertes.
En Perú, México y Chile el Ratoncito Pérez es conocido como “El ratón de los dientes”.
Los países nórdicos tienen sus propias hadas, pero no recogen dientes de debajo de las almohadas. Los niños de Suecia y Noruega tienen que dejar su diente caído en el interior de un vaso de agua si quieren que tannfe o tandenfee se los lleven y les dejen una recompensa.
También en Bulgaria existía antiguamente la tradición de lanzar los dientes de leche al tejado. Se hacía porque supuestamente un cuervo se encargaba de llevárselos. Al lanzar el diente se decía: “Gran cuervo, te doy mi diente de hueso. ¡Dame un diente de hierro!”.
En Turquía, los niños suelen enterrar los dientes de leche, sin embargo, no vale en cualquier sitio, ya que se cree que el lugar elegido podría determinar el futuro del niño. Por ejemplo, si queremos que el niño sea bailarín, lo enterarás cerca de una escuela de baile o si quieres que sea médico, en un hospital.
Los dientes de los niños sudafricanos se colocan en el interior de una zapatilla. Es el equivalente a la almohada, porque también se espera que el hada que se los lleva deje algo en compensación.
En Mongolia Para que sus nuevos dientes crezcan tan fuertes como los de un perro, en el momento en el que estos se caen los untan de grasa y se lo dan de comer a uno. Si no hay un perro, lo entierran con las raíces de un árbol fuerte con el mismo propósito.
Irak, Jordania y Egipto: En el Oriente Medio los niños han heredado la tradición de lanzar sus dientes de leche al aire. Esta la heredaron de unas antiguas tribus que ofrecían sus dientes a los dioses, los reyes y los incrustraban en joyería.
Además, en España existen otros personajes como l’Angelet (el Angelito) en Cataluña, l’esquilu de los dientis (la ardilla de los dientes) en Cantabria o la Maritxu teilatukoa (Mari la del tejado) en el País Vasco.
¡Estos son algunos de los sustitutos del ratoncito Pérez en otros países!
Tranquilos que de una manera u otra el diente de leche estará a buen recaudo!