Y es que el mágico animal se creó en el Palacio Real, a finales del siglo XIX. Con el objetivo de tranquilizar a un asustadizo Alfonso XIII , muy consentido por su madre, la regente María Cristina . Dispuesta a quitarle hierro a la caída del primer diente de su hijo, encargó al padre Luis Coloma, que escribiera un cuento sobre el suceso para dotarlo de tintes fantásticos y restarle la importancia que el niño le había dado.
Coloma desarrolló un relato protagonizado por el Rey Buby I (un nombre basado en el apodo con el que la madre se refería al pequeño monarca). La historia narra cómo el niño y el ratón recolectan por la noche los dientes de los niños de Madrid para llevarlos a la casita del roedor. Su morada, se situaba en la pastelería Carlos Prast en una caja de galletitas Huntley , al parecer las preferidas de Alfonso XIII.
Fue así como nació una tradición muy arraigada en España que ha sobrevivido al paso de los años. Hoy en día a la altura de dicha pastelería hay una placa oficial que recuerda los orígenes del famoso roedor. Además, en la primera planta del edificio se encuentra la Casa Museo del Ratón Pérez , un lugar donde los niños pueden depositar sus dientes y sus cartas.
Según el relato original, el señor Pérez es un pequeño ratón con sombrero de paja, zapatos de tela, lentes de oro y una cartera roja. Cuando anochece, este amable roedor emprende su viaje por las cañerías de la ciudad para recoger su mayor tesoro: los dientes caídos de los niños.
El Ayuntamiento de Madrid rindió un homenaje a este ratoncito de leyenda instalando una placa conmemorativa en la calle del Arenal, número 8, de Madrid. Era el mismo lugar donde Luis Coloma situó la vivienda del roedor en su libro. A la placa le acompaña este texto: “Aquí vivía, en una caja de galletas, Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño Rey Alfonso XIII”.
Ahora son muchos los niños que le mandan cartas e incluso sus dientes a esa dirección. De esta forma se mantiene el objetivo de esta tradición: que los niños se sientan contentos frente a la pérdida de un diente porque a cambio recibirán un regalito, una moneda o una carta.
Y más allá del detalle que reciben tras cada caída, la figura del Ratoncito Pérez también busca motivar a los peques sobre la importancia de cuidar de sus dientes. De hecho, ahora es frecuente encontrar en muchos hogares pequeñas puertas mágicas a través de las cuáles el roedor puede entrar en la habitación del niño a recoger los dientes.
La tradición del Ratoncito Pérez se ha mantenido y extendido hasta nuestros días, de manera que actualmente se celebra en gran parte de los países de habla hispana, donde también es conocido como el Ratón de los Dientes.
Clínica Dental Infantil Dra Angeles Velló en Gandía